Las historias con finales felices, las películas con finales felices nos inspiran y nos ayudan a ver el otro lado del cristal. Sin embargo, a veces, la vida triunfa sobre las películas. Y lo que realmente sucedió estuvo lejos de ser agradable. Ante acontecimientos difíciles, como los vividos durante la pandemia, a algunas personas les resulta más difícil superarlos, mientras que otras encuentran la fuerza mental para superar cualquier prueba. En términos generales, la segunda categoría son las personas resilientes que saben comprender con rapidez y madurez determinadas conmociones, acontecimientos trágicos, accidentes o percances. En este artículo, analizamos la importancia de la resiliencia y cómo entrenar esta habilidad para mantener la estabilidad y el equilibrio en cualquier situación.
¿Qué es la resiliencia?
La palabra «resiliencia» proviene del término latino «devolver«, que significa «rebotar, regresar». El término resiliencia ha sido retomado por expertos en el campo de la psicología para definir la capacidad de una persona para adaptarse rápidamente, mediante el aprendizaje y con poco estrés ante un acontecimiento trágico, problemas o fracasos. Esta capacidad no debe confundirse con la ignorancia, la indiferencia o la represión. Las personas resilientes no rechazan sus emociones, sino que las aceptan sin dejar que tomen el control ni influyan en sus decisiones. Normalmente, las personas resilientes:
- saben cómo convertir un fracaso en una oportunidad y tienen la capacidad de hacerlo sin actuar de manera destructiva o disfuncional;
- tienen la capacidad de preservar su salud y energía cuando están bajo presión constante;
- responder de manera efectiva y equilibrada a los factores estresantes;
- tienen la capacidad de utilizar la experiencia adquirida en el pasado para superar el shock producido por eventos especiales, tales como: pérdida del trabajo, muerte de un familiar cercano, problemas financieros, accidentes;
- tienen la capacidad de recuperarse rápidamente de los fallos;
- tienen el poder de reinventarse cuando algo en su vida deja de funcionar.
Cómo la resiliencia puede ayudarte en tu carrera
En un contexto organizacional, la resiliencia se mide como la capacidad de una organización para enfrentar la incertidumbre o cualquier situación que reduzca la productividad y el normal funcionamiento de la empresa y sus empleados. En la mayoría de las áreas de actividad, se puede considerar la resiliencia como la capacidad de recuperarse con fuerza después de algún cambio o evento estresante.
Por muy equilibrado que sea tu entorno laboral, ocasionalmente surgirán situaciones conflictivas en el lugar de trabajo. Las diferencias de personalidad entre compañeros de equipo, los clientes difíciles y el estrés pueden conducir a eventos estresantes: retroalimentación negativa, pérdida de clientes, renuncia de subordinados, pérdidas financieras, desacuerdos con miembros del equipo, fracaso de ciertos proyectos importantes e incluso pérdida del trabajo. La resiliencia le ayuda a encontrar los recursos personales para afrontar la situación. Podrás superarlos fácilmente sin ignorarlos ni dejar que otros ámbitos de tu vida sufran: salud, vida familiar, proyectos personales, aficiones.
También es importante saber que en algunos trabajos el desempeño no se puede lograr sin resiliencia. Generalmente se trata de trabajos de alto nivel con un alto nivel de riesgo y responsabilidad. Para los gerentes, empresarios, médicos de primera línea, ejecutivos, personal de atención al cliente y personas que necesitan tomar decisiones rápidas, obtendrán una ventaja adicional si saben cómo ser resilientes. Además, quienes trabajan en un ámbito en constante cambio, como abogados, contables, agentes inmobiliarios y vendedores que se enfrentan a cambios en la legislación, deben saber reinventarse y adaptarse a las nuevas novedades que surjan.
Consejos para desarrollar la resiliencia
La resiliencia se puede adquirir de los padres, la comunidad, la sociedad y el entorno en el que crecemos o se puede entrenar. También es importante saber que no se consigue de la noche a la mañana, sino que requiere de ejercicio constante:
- La resiliencia está estrechamente relacionada con la confianza en uno mismo, el respeto y la autoestima; cuanto mejor estén definidos estos tres aspectos, mayor será tu capacidad para afrontar cualquier cambio;
- El miedo a la incertidumbre, la necesidad de control y el miedo al cambio obstaculizan la resiliencia; una solución es convertir el miedo a la incertidumbre en curiosidad;
- Haz cosas que te saquen de tu zona de confort. Prueba actividades a las que tengas miedo, por ejemplo, puedes acudir a una clase de oratoria, actuación o improvisación;
- Entrénate para mirar cualquier evento desde al menos tres perspectivas diferentes;
- El sueño, la nutrición, el movimiento son factores que pueden determinar nuestro nivel de energía y grado de resistencia al estrés, por lo que se recomienda cultivar hábitos que mantengan un estado óptimo de salud;
- Desarrollarte constantemente, ya sea a través de cursos o nuevos hobbies, o cambiando el entorno en el que vives;
- Construye tus visiones a largo plazo y trabaja la perseverancia, estos aspectos te ayudarán a ver las cosas más allá del momento presente;
- Por último, pero no menos importante, acepta que hay cosas controlables (tus propios recursos, tu actitud, tu forma de reaccionar ante un evento), pero también aspectos que no se pueden controlar (el comportamiento de otras personas, sucesos, acontecimientos, accidentes). .
En un mundo tan cambiante como el actual, la resiliencia es una habilidad que debemos cultivar todos los días. De esta forma, la calidad de vida mejorará considerablemente a todos los niveles.
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